La gran mayoría de los expertos en análisis político coincide en que la Concertación perdió la elección presidencial por haberse distanciado de la clase media de centro, que ella misma potenció, caricaturizada en la “vendedora de Isapres”. Ratifica ello el hecho que, en la segunda vuelta, en que la candidatura de Frei recibió el apoyo de toda la izquierda incluido el PC, se confirmó su derrota. Echarle la culpa a Marcos Henríquez es taparse los ojos: sus votos de izquierda se fueron con Frei y los de centro con Piñera. En resumen la Concertación más toda la izquierda perdió la elección presidencial.
Lo anterior hace poco comprensible el nuevo afán, de parte de la Concertación, de aliarse con la extrema izquierda. Ello tendría, según mi modesta opinión, cuatro efectos que no necesariamente se van a dar con cierto orden en el tiempo; ni menos simultáneamente:
1.- El exodo de la DC, del conglomerado, ya sea por voluntad propia; porque la coloquen en una posición francamente desmedrada o si el PC, al cual le prestó votos para elegir tres diputados sin apoyo ciudadano, no accede a dar las muestras mínimas de adhesión a la democracia que este partido le exige (Condena a la Dictadura Cubana).
2.- La derrota de la Concertación en las elecciones por venir. Ya se demostró que ella, más la extrema izquierda, son minoría y muestra, en las encuestas, una creciente desafección de la ciudadanía hacia ella.
3.- Como conclusión lógica de lo anterior el entierro definitivo de la Concertación, con las características de los últimos 21 años. Digo entierro porque políticamente ya falleció y comienza a desprender mal olor. Su única posible reformulación sería moviéndose hacia el centro; no a la izquierda.
4.- La recomposición de las alianzas políticas:
El PS, parte importante del PPD, el PRD, una fracción pequeña de la DC, el PC y los partidarios de Marcos Enriquez Ominami conformarían una Coalición de Izquierda.
Gran parte de la DC, RN, parte de la UDI y una pequeña fracción del PPD se unirían en un referente de centro.
La mayoría de la UDI, más algunos independientes, constituirán un partido de Extrema Derecha personalizado en el perfil de alguien como José Antonio Katz.