Allamand; la Derecha y Piñera

Concuerdo en el 90% con las declaraciones de mi amigo Andres Allamand en la entrevista de este domingo en El Mercurio. El fue el verdadero forjador de la derecha actual y, junto a los demás miembros fundadores, planteamos sus principios fundamentales: la libertad como nuestro objetivo principal, la igualdad de oportunidades como herramienta para terminar con la pobreza y la desigualdad y permitir a todos los ciudadanos ejercer esa libertad. El derecho de propiedad para garantizar la primera y la asignación a los privados de las funciones productivas y al Estado las redistributivas. De estos principios derivan las políticas de mercado como asignador de recursos y precios y la apertura al comercial al exterior.

En el 10% que discrepo es en el aplauso al pragmatismo de Piñera. Pragmatismo que transa principios por supuestos votos, haciendo un guiño a la Concertación y distanciándose de la derecha, a la cual, por lo demás, ha declarado públicamente no pertenecer, y de los empresarios, a los cuales siempre ha pertenecido. El ejemplo del alza de impuestos a las empresas, que menciona Allamand, no pudo peor escogido. Primero: A juicio de los más destacados economistas de nuestro sector no se requería mayor recaudación Fiscal para la reconstrucción existiendo recursos y, adicionalmente, si hubiese sido necesario, existían otras formas de financiamiento menos atentatorias a los objetivos declarados del gobierno. Segundo: El actual Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, en innumerables intervenciones académicas, informes y publicaciones, ha demostrado que estas alzas de impuestos atentan contra el crecimiento y el empleo. Piñera le dobló la mano a su Ministro y le metió un autogol a su programa con fines exclusivamente populistas y mediáticos.

El resto de la entrevista enaltece a Allamand por su lealtad hacia Piñera que, claramente no ha sido ni honrada ni correspondida por este último. Mal que mal, sin Allamand, Piñera no habría llegado a ninguna parte en política; al menos en nuestro sector. Aquí se aplica el viejo refrán: “Si te preguntas por que alguien te daña recuerda si alguna vez le tendiste la mano”