El Ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter ha esbozado la Nueva Derecha, capaz de ganar elecciones… al revés de la Antigua Derecha que, según él, no lo era. ( Lo curioso es que Piñera ganó con los planteamientos de la Derecha Tradicional… después cambió.) Lo que ha esbozado el Secretario de Etado, “entre líneas”, es un movimiento político pragmático que transa principios por votos. Las bases ideológicas de la “Única Derecha” son: la libertad, la igualdad de oportunidades para terminar con la desigualdad y la pobreza, el respeto de la propiedad privada como garante de la libertad y los roles productivos de la empresa privada y redistributivos del Estado. Ninguna de ellas es recogida por esta pretendida Nueva Derecha Pragmática.
Se excusa pretendiendo que su Nueva Derecha recoge principios, según él, históricos de la derecha, como el combate de la delincuencia y la generación de empleo. Esos no son principios; son aplicaciones lógicas de aquellos. Además pretende ampliar este sector con banderas “nuevas” como pueblos originarios, seguridad laboral, dialogo social y medioambiente. Nuevamente no percibe que estos temas no son ninguna novedad y se derivan de nuestros principios fundamentales. Nada nuevo.
Lo único claro es que la llamada Derecha Hinzpeteriana deberá cambiar de nombre pues no adhiere a los principios de este sector. Lo ha demostrado, con alzas innecesarias de impuestos que generan menor desarrollo y desempleo (textual de las cátedras del Ministro de Hacienda Felipe Laraín) y promesas de garantías matrimoniales a los homosexuales, por no mencionar otros, como el no cumplimiento de las promesas del Círculo Epañol a los militares procesados
En fin, lo claro son dos cosas:
1.- La Derecha nuestra, tradicional, no está en el Gobierno.
2.- Quienes se apropian de un nombre que no les es propio sólo están demostrando que “ el fin justifica los medios”.
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