El Gobierno se ha vuelto a comprar un conflicto gratis al no destituir, o insinuarle que renuncie, sin derecho a negarse, a la Intendenta de Concepción Jacqueline van Rysselberghe Herrera. Debió haberlo hace muchos meses, por las razones que analizaremos más abajo, pero principalmente por la lentitud de la reconstrucción en la Región del Bío Bío.
Han trancurrido veinte días desde que ella reconociera públicamente haberle mentido al Gobierno, y al Presidente de la República, y se hiciera público que forzó al Municipio a falsificar documentos públicos; los ya famosos “certificados de inhabitabilidad.” Como si ello fuera poco mintió respecto al supuesto apoyo del Ministerio de la Vivienda a su proyecto ilegal de en la Villa Aurora. En ese momento debió abandonar el cargo. Ello va a suceder, sin lugar a duda, en los próximos días. Otro Magallanes. Un mes de daño real y mediático; por no tener pantalones para resolver a tiempo los conflictos.
La intendenta es de aquellas personas que prefiere pedir perdón antes que pedir permiso, que cree ser siempre ella la que está en lo correcto cuando se dan discrepancias y que no escucha a nadie. “Ha sido criticada por excluir a sus aliados políticos en el trabajo regional, y por eso es que se enfrentó con medio mundo después del terremoto -con los personeros del gobierno de Bachelet y con los del actual-“[i]. Ha tenido conflictos con prácticamente todos los Alcaldes, Gobernadores y Parlamentarios de la Región (incluidos los de su sector) y con el Ministro de Interior; su jefe. No puede dejar de mencionarse la forma en que insultó al padre Felipe Berríos, de un Techo para Chile, que sólo pretendía ayudar a las víctimas del terremoto. Con razón ha sido catalogada de sectaria, y lleva la etiqueta de mujer conflictiva y de armas tomar. Por lo mismo, no es raro que hoy esté nuevamente haciendo noticia por actuar como la Reina Victoria de la región. No es nada nuevo.
“Nada de negociaciones, nada de esperar, nada de transar. Quien no está conmigo, está en contra mía. Quien no ve lo que yo veo, está ciego. Quien no cree en lo que yo creo, está equivocado. Es esa suerte de mesianismo la que la hace lanzarse a actuar pero pasando por encima de otros, marginando a quienes no están con ella, deslegitimando a quienes piensan distinto de ella”[ii]. “En resumen, actuando como emperatriz; nunca pidiendo permiso.” [iii]
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