Mis lectores me van a perdonar pero creo tener derecho, gracias a la omnipresencia enervante de Piñera, a tener mi propio “momento de furia”.
Están próximos a conmemorar dos hechos, de muy distinta índole, que afectarán al país por mucho tiempo:
El terremoto del 27 de Febrero y la investidura de Piñera como Presidente de Chile el 11 de Marzo del mismo año.
-Eliminación del 7% a los jubilados. Nada
-Ministerio de Desarrollo Social. Después de un año en inicio de trámite en el parlamento.
-Ingreso Ético Familiar. Nada (Con el agravante que se usa como excusa para no entregar el prometido Bono Marzo)
-Bono a los matrimonios que resisten más de 50 años. Nada
-Reforma del Estado. Nada
Se jacta de dos hechos: aumento del empleo y mayor tasa de crecimiento económico. En al primer caso dejaremos pasar las trampitas en la forma de cálculo, que son parte de su ADN, pero lo que resta no podemos decir que sea un mérito de él pues no habido ninguna acción positiva pro-empleo del gobierno. Ésto simplemente, como es obvio, es la resultante de la recuperación económica post crisis y el fuerte incremento del precio del cobre. Igual cosa sucede con el aumento del crecimiento por sobre el 5.5%. Es la ola que ya venía. Para ser rigurosos debemos reconocer que la confianza que inspira un gobierno, supuestamente de derecha, puede atraer inversión que impactará a ambas variables en el mediano plazo. Por lo mismo no tiene ningún derecho a decir, en este momento: “Hemos logrado incrementar el empleo y, como nunca en los últimos años, elevado el crecimiento al 6% ”. NO ES ASÍ.
Dentro de las acciones negativas voy a mencionar solo dos botones de muestra:
-El numerito de Magallanes que le rebotó como boomerang. Tuvo que anular sus decisiones, por una fuerte presión popular perdiendo, de pasadita tres cosas: el efecto positivo, según él, para Enap, que perseguía con sus medidas iniciales; la alta votación que tenía la derecha en la región y el apoyo de tres parlamentarios independientes. Eso se llama “buen manejo político”. Perdió pan y pedazo.
-El caso de la Intendenta de Concepción. Como lo explique en un blog anterior; ahí Piñera valido, definitivamente, la corrupción en su gobierno. Su argumento de fondo: Jacqueline van Rysselberghe estaba fraguando una estafa pero, como no la concretó, porque la pillaron a tiempo, no existe falta de probidad. El ladrón que estaba entrando a mi casa, y lo pillo, merece un certificado de honorabilidad por no haberme robado.
Vamos a lo más trágico y desesperante: El terremoto del 27/F.
El relato es breve y me veo obligado a repetir algunas cosas de un blog anterior. A un año del terremoto:
- Altísima cesantía en toda la zona afectada.
-“Aldeas” de mediaguas sin agua potable, energía eléctrica ni servicios higiénicos.
- Piñera se jacta de 125.000 subsidios entregados. No son más que papeles que certifican el derecho a una vivienda para el 2012.
- Es cierto que la infraestructura está recuperada en más de un 90%... construida por las concesionarias privadas.
- Educación preescolar y escolar funcionando. Aunque sea con el mismo nivel de ineficiencia preexistente. 3 puntos buenos para Lavín.