Pasado el terremoto político, que produjo la ratificación de la Intendenta del Bío-Bío Jacqueline van Rysselberghe, podemos analizar con clama aquello que es 100% comprobable y que no puede calificarse de acusaciones infundadas:
1.- La Intendenta afirmó, en una reunión los pobladores de La Aurora, (está grabado y ella lo reconoce) que su intención era entregar casa nueva, no solamente al “20% de damnificados, sino que, adicionalmente, al 80% de ellos cuyos inmuebles no habían tenido daño y, por tanto, no tenían derecho a ese beneficio.
3.- También aseveró que con ese objetivo iba a engañar al gobierno y que contaba con el apoyo de funcionarios del MINVU.
2.- Para cumplir su transgresión necesitaba que la Municipalidad emitiera “certificados de inhabitabilidad” falsos para aquellas viviendas sin daño.” Existen pruebas que presionó al Municipio para ello. En dicha entidad el alcalde es un ex subordinado y protegido de ella; que en las elecciones no obtuvo ni siquiera 400 votos.
3.- Todo lo anterior habría constituido un ilícito de llegar a concretarse. No fue así, no por arrepentimiento de la alcaldesa, sino porque la intención, constituyente de falta de probidad, se hizo pública y el Ministerio de la Vivienda le puso atajo.
El caso podemos asimilarlo a un guardia de banco que decide asaltarlo pero, al ser sorprendido, no concreta su acción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario