No soy partidario de los subsidios a la oferta pues benefician tanto a los que los requieren como a los que no. Privilegio los subsidios al consumo que se pueden focalizar hacia los más necesitado como, por ejemplo, el subsidio al agua potable para las familias que gastan menos de 15m3 al mes, establecido en el gobierno militar y que aún se mantiene.
El subsidio al gas domiciliario en Magallanes, sin duda necesario fundamentalmente por la necesidad de calefacción, es a la oferta, beneficiando a todos por igual; lo cual no tiene ninguna lógica. Y lo que es peor, no es de costo del Estado sino de ENAP. A la larga va a ser necesario racionalizarlo y pasarlo a costo Fiscal.
Dicho lo anterior paso a explicar porque el alza del subsidio reciente es un desatino monumental:
1.- Un beneficio tan tradicional, arraigado, y necesario para la mayoría, no se disminuye, de la noche a la mañana, sin previa discusión y análisis con los afectados y las autoridades locales. Salta de inmediato el distinto trato del Transantiago y su subsidio infinito.
2.- El Presidente Piñera “prometió mantenerlo”. Obviamente “mantener” significa no subir ni bajar. Otra promesa incumplida y que vuelve a justificar la falta de confianza generalizada en él. (Basta mirar las encuestas.)
3.- La impopular medida fue anunciada por el Ministro de Energía, Rainieri, el más desatinado miembro del gabinete, como el “fin de la fiesta del Gas en Magallanes”.
4.- Ha provocado una justificada protesta generalizada, y justificada, en Magallanes en contra del Gobierno que, al final va a tener que ceder quedando como “chaleco de mono”.
5.- Este desatino (uno más) de Piñera destruyó, en un día, la base política construida gota a gota por la derecha en la XII Región.
Un numerito de antología política.
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