Piñera ha logrado traspasar su estilo de anuncios con medias verdades, y letra chica oculta, a buena parte de sus colaboradores. El último ejemplo es el Ministro Felipe Kast que, de Excelente Ministro técnico, ha pasado a ser un mal Ministro Político. Para muestra un botón.
El incremento de la inflación, y los mayores gastos tradicionales de este mes, hizo resucitar la idea del Bono marzo de $40.000, tanto en la oposición como en parte del Gobierno. Inmediatamente Kast saltó con un bono abril en reemplazo de él y con las mismas características: $ 40.000 y favorecer los sectores menos pudientes de la clase media y los clasificados bajo las líneas de pobreza y de extrema pobreza; un total 1.700.000 ciudadanos. El Ministro de Hacienda le paró el carro en seco.
Kast pasó al segundo acto. Se desmintió y planteo un bono permanente, todos los meses, de $40.000 a los 450.000 chilenos más pobres (25% de los beneficiados con el antiguo bono marzo.)
Tercer acto: Kast corrige de nuevo y plantea que este bono permanente no es tal sino un componente del Ingreso Ético Familiar planteado en el programa de Piñera. Imposible pues este instrumento no existe. Su creación se está comenzando a tramitar en el Congreso.
Cuarto acto: Al fin la verdad. El famoso bono permanente no existe ni existirá. Es una componente más del Chile Solidario de Bachelet cuyo financiamiento se aprobó en el presupuesto en noviembre.
Y después se preguntan:
¿Por qué sube el rechazo a Piñera a 49% y, por primera vez en febrero, este 49%, se extiende al gobierno?
¿Por qué las peores calificaciones de Piñera son en confianza y credibilidad?
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