En una extensa entrevista en Reportajes del Mercurio del domingo 20 de marzo, el Comandante en Jefe del Ejército Juan Miguel Fuentealba, pretende convencer a los lectores de que las políticas de transparencia en el ejército son de larga data y él ha tenido una importante participación en ella. Nada más lejano de la realidad. El no abrió la boca, ni ejerció ninguna acción útil frente a la seguidilla de actos de corrupción que explotaron en las FFAA; antes que ello se produjese.
Recordemos:
-La casa de $500.000.000 del General Le Dantec
-El auto de $100.000.000 del propio General Fuentealba
-Presunción fundada de actos de corrupción en la compra del Puente Mekano del Bío-Bio
-Presunción fundada de actos de corrupción en la Regata Bicentenario.
-Nepotismo del General Ortega en la FACH con su señora, su hijo y su hija.
-Viáticos excesivos en el EMC (Estado Mayor Conjunto)
Y estos fueron los hechos descubiertos, fundamentalmente, por la prensa. Tendremos que esperar las investigaciones en curso para saber hasta dónde llegan estas malas prácticas.
Como lo dije anteriormente, mi teoría es que todo empezó con los nombramientos políticos de los Comandantes en Jefe. Al primero que “se compraron” fue al narcisista de Cheyre que paga con la promesa más estúpida que es dable imaginar: el “Nunca Más”. ¿Nunca más qué? Primero es una traición a su institución. Es condenar lo que sus antecesores, legítimamente hicieron en 1973 salvando a la patria. El podrá comprometerse por el período de su mando. Pero ¿Por qué toma compromiso por oficiales que comandaran el Ejército en años futuros y que aún no han nacido? ¿Cómo puede predecir el futuro? ¿Qué sabe él lo que sucederá en nuestro país en 50 años más? Le guste o no a los “demócratas” las FFAA siempre han sido, y lo seguirán siendo, garantes de la institucionalidad y el orden. Así es en todo el orbe. Ellos tienen, gracias a Dios, el poder de las armas. Pueden quitar o agregar frases a la Constitución pero el rol político de las fuerzas armadas es consustancial a su ser.
Quién realmente tiene el mérito de estar transparentando el actuar de las FFAA es el Ministro Andres Allamand. Lo demás es música y es evidente, para cualquiera de buen criterio, que el General Fuentealba debió haber honrado su institución pasando, voluntariamente, a situación de retiro.
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