Mensajes crípticos.
Michelle Bachelet fue, quizás, quien perfeccionó la comunicación críptica, indirecta y poco digna en la política chilena. Cuando, a poco andar, creyendo que su Ministro de Interior Andrés Zaldívar ya no le era útil, a pesar que, un su fracasado gabinete de igualdad de género, era la joyita de la corona, no conversó más con él, dejó de recibirlo y le hizo el vacío total a pesar que la costumbre es que, normalmente, el Ministro de Interior se vea varias veces a al día con la Presidenta. A pesar que su eminente renuncia le acarrearía un alto costo político, no fue capaz de tener una conversación directa, franca y honesta con un hombre que había jugado todo su inmenso prestigio por ella y que, obviamente, se habría retirado en forma discreta; si no hubiese recibido un trato denigrante. A Bachelet le jugó en contra su timidez y la incapacidad de reconocer que Zaldívar, políticamente, era más que ella. En vez de aprovechar aquello, en su beneficio, logró: Crear un caos Ministerial; ganarse gratuitamente, a corto plazo, un feroz enemigo; mandar a buena parte su teoría de igualdad de género en el gabinete y lograr el más bajo apoyo y el más alto rechazo de la población según las encuestas de esos días. Todo por no hablar con la verdad.
Lo reemplaza, a los tres meses de gobierno, por otro avezado político DC; Belisario Velasco. Se repite, dramáticamente, la historia. En diciembre de 2008, según consta en el diario La Segunda del día 4 de enero de 2008, Belisario Velasco percibió que la presidente ya no le tomaba en cuenta en las importantes decisiones gubernamentales y, al igual como con Andrés Zaldivar, lo ignoraba por completo, sin ni siquiera saludarlo. En comunicado de prensa el 3 de enero de 2008, Velasco, anunció su renuncia indeclinable. Caos gubernamental nuevamente y la Presidenta suma otro potente enemigo. Todo por no haber tenido una conversación generosa que, en el peor de los casos, habría terminado con un divorcio civilizado.
No obstante, con Piñera, volvemos al peor lenguaje de mensajes subliminales y señales oscuras, en reemplazo del español; tan rico en términos que permiten comunicarse en forma clara y precisa.
Se inició rompiendo la costumbre de, al menos, comunicar su primer gabinete a los partidos políticos (RN y la UDI) que lograron su estrecha elección. Para que pensar en haber hecho lo mínimo de, al menos, sensibilizar los nombres con ellos. Lisa y llanamente, en un estallido fotográfica presentó un singular gabinete: 1.- En el no aparecían de Ministros ni Andrés Allamand ni Pablo Longueira como, aparentemente, se había convenido. 2.- El Gabinete era un bosque de técnicos, sin políticos intercalados entre ellos, con muchas bellezas femeninas y un triste y solitario Ravinet. El mensaje subliminal había que interpretarlo: a) Fuera los Parlamentarios. b) Fuera los políticos destacados. c) Lo de Ravinet era un poco más críptico: “Este es un Gabinete de Unidad Nacional que incluye a mis amigos DC.” d) Gobierno de alta eficiencia (por los técnicos). e) Con mayor igualdad de género que el promedio de los de la Bachelet.
Si hubiera conversado como hombre, cara a cara, con su círculo íntimo, se habría evitado tener que echar marcha atrás muy pronto Se vio obligado a: 1.- Nombrar dos parlamentarios (Senadores): Andrés Allamand y Evelyn Matthei; de gran experiencia política. 2.- Aceptar la renuncia de Ravinet; único ministro que justificaba el Gabinete de Unidad Nacional… que se fue a las pailas. 3.- Sacar a los siguientes ministros: Trabajo, Camila Merino; Transportes, Felipe Morandé y Energía, Ricardo Raineri. Al diablo con el cacareado gabinete de los técnicos eficientes y la paridad de género.
Creyéndose nuevamente empoderado e intentando dar una potente señal de autoridad, ordenó un alza del gas domiciliario en Magallanes; donde este combustible es la única posibilidad de calefaccionarse en esa gélida Región. Un Presidente menos eficiente y, probablemente, menos prepotente y más mediocre, habría utilizado el viejo arte de conversar con las partes involucradas para predecir las repercusiones y, como se dice hoy, “saber si había agua en la piscina”. Resulta que no la había, se tiró a ella, y logró un resultado desastroso: a) Se ganó un unánime rechazo Regional con potentes movilizaciones ciudadanas en su contra. b) Hizo perder, a la derecha, en minutos, la importante votación ganada con años de trabajo de hormiga. c) Perdió el sostén de un Senador y un Diputado independiente que apoyaban sus proyectos en el Parlamento. d) Después de más de un mes tuvo que retirarse, con la cola entre las piernas, poniendo fin a su inconsulta alza. e) En vez de lo que lo que el PhD Piñera buscaba: una hardvariana “win-win solution” obtuvo un desastroso resultado “lose-lose”.
Y, hoy día, Piñera, por no hablar, por no escuchar y por no atreverse a afrontar el problema; ha metido su peor autogol. Habiendo suficientes pruebas de las infracciones cometidos por Jacqueline Van Rysselberghe cuando era Alcaldesa; el Presidente, sin consultar a los lideres regionales, la nombra Intendenta de la VIII Región. En dicho cargo, al poco andar, surge evidencia clara de sus mentiras e intentos de cometer transgresiones; según su patrón personal ampliamente conocido en la Región. Ellos son denunciados por la Ministra de la Vivienda, Magdalena Matte, y por el SenadorAndrés Navarro. Piñera se inmoviliza y en vez de apoyar derechamente a su Ministra denunciante cree compensarla en forma absurda convidándola a un acto en que ella era la anfitriona; sin atreverse a hablarle cara a cara. Jacqueline Van Rysselberghe, debiendo haber renunciado en Febrero, no lo hizo pues, aunque Piñera nunca habló con ella directa y francamente, entendió lo que más le convenía: que, si la mantenía en el cargo gozaba de su plena confianza y respaldo. Ahora, en Abril se produce, demasiado tardíamente, su renuncia. Provocada, no por su poco proba y cuestionable actuación, sino por su excesiva exposición mediática, que culminaría hoy día con su publicitada presencia en “Tolerancia Cero”. Eso, más que su cuestionable conducta, no lo pudo soportar Piñera. Le estaba robando demasiada pantalla.
El no haberla exonerado a tiempo originó un grave daño al Gobierno y a los partidos que, aun, lo apoyan.
Se produjo, con todo este prolongado entuerto, un antes y un después, irreversible, que hundirá, aun más, la poca credibilidad, y confianza, que los chilenos tienen en un Presidente que en este caso, se ha obstinado en liderar una muy mala causa; con un empeño absolutamente desproporcionado e incomprensible. Otra vez, de acuerdo a Harvard, obtuvo un lose-lose desastre. Piñera va a tener que bajar al subterráneo a mirar los resultados de las próximas encuestas. Mejor ni pensemos en los efectos de este desatino en la VIII Región y en la relación futura entre la UDI y RN
Todo por no tener ningún conocimiento de manejo político y por tanto acudir, como antes dijimos, al peor lenguaje de actitudes y señales oscuras, en reemplazo del español; tan rico en términos que permiten comunicarse en forma clara y precisa advirtiendo, desde el inicio “Si tú me mientes, caes en la corrupción, o cometes un delito deberás presentar tu inmediata renuncia”.
¿Cuánto daño se hubiese evitado?
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